dimarts, 15 de gener del 2008

Y acabé la noche por los suelos

Pues salí del curso de cata de vinos con la cabeza un poco nublada, además era un poco tarde así que me subí al bus. De espaldas al conductor y todavía sin sentarme, buscaba la tarjeta para validar cuando de repente salí despedida hacia la parte delantera del bus. La sacudida fue tan brusca que no tuve tiempo de agarrarme a ningún sitio, pero el vuelo duró lo suficiente como para que me temiera lo peor; acabé en el suelo unos metros más allá. Un jovencito, potencial candidato a ser donante de órganos, se había saltado un semáforo. Su moto acabó destrozada bajo el autobús, que la arrastró durante la frenada. El niñato saltó en el último momento y no se hizo nada, pero yo me metí una buena leche en los riñones. Además de un moratón en la rodilla, como culminación del dolor que me acompaña últimamente.

Mi más firme repulsa a los suicidas y los inconscientes que se tiran bajo las ruedas de los transportes públicos. Pagad a alguien para que os atropelle en su propio vehículo si quereis sentir emociones fuertes. O id a Portaventura, para qué coño creeis que sirve el Dragon Khan?? pero no jodais a los demás.

(Foto cortesía de Minerva, ahí también estoy por los suelos de un transporte público pero por voluntad propia, el vagón iba lleno)

4 comentaris:

Minerva ha dit...

¡Vaya susto!
El viaje en trasporte público urbano deberían ctalogarse como actividad de riesgo.

Rauxa ha dit...

Joder...amb perdó de l'expressió...ja tens una nova excusa per tornar al metge i fer-li més pena que dius que li vas fer amb la vestimenta que vas triar per l'ocasió...
Espero que et recuperis aviat dels cops...
Petonets

Teresa ha dit...

Ostres quin espant! Odio els ximples que van com bojos. A Barcelona n'hi ha molts.

Nottinghill ha dit...

Quina llàstima que no anés el Dr.A al Bus i et curés del cop. O tú t'has caigut per tornar abans del que et toca a la consulta? jajaja