dimecres, 16 de gener del 2008

Empecé la noche entre copas...(reconciliación imposible)

Un poco cansada de regalarle corbatas a mi padre para reyes, este año intenté ser más original. Les regalé a mis padres un curso de cata de vinos. Como me daba un poco de envidia, decidí ir yo también. Hice un curso hace 4-5 años y guardo muy buen recuerdo, poder probar varios vinos simultáneamente permite comparar y discernir aromas y sabores que de otro modo no alcanzo a identificar. Este curso es sólo de 3 días, muy intensivo, velocidad aproximada de 4 vinos/hora. Ayer tocaba rosados y espumosos.
No me gusta el cava. Es que es demasiado amargo para mi gusto. Tenía una buena oportunidad para redescubrirlo y intenté dejar de lado mis prejuicios. Me sirvieron cierto cava con bastante renombre y prestigio, la gente a mi alrededor decía que era bueno, pero yo estaba desesperada y no entendía nada: joder, a mi me olía a pólvora. A abrir el balcón la noche de San Juan. Por más que agitara la copa, olía sólo a azufre. Al probarlo, el CO2 petó en mi lengua y un breve sorbo me dejó un postgusto amargo. Desistí, no hubo reconciliación posible con el cava y no voy a caer en esnobismos: no me gusta el cava ni aunque la botella cueste 60€.

4 comentaris:

Minerva ha dit...

Para gustos los colores! Las cosas gustan o no gustan, el precio es otra cosa.

Rauxa ha dit...

Jo m'he reconciliat amb les olives negres després de 5 anys...però no he aconseguit el mateix amb les escarxofes...
A mi sí que m'agrada el cava...mmmmhhhhh

Teresa ha dit...

A mi m'agrada quasi tot el que sigui bebible.

Egon ha dit...

A mi si el cava es car m'agrada... sino no em deagrada però no m'entusiasme (ho he comprobat aquest Nadal).