diumenge, 25 de maig del 2008

Loucomballe (transcripción fonética)


Esta semana se celebró la fiesta de Corpus Christi. Hemos dejado atrás vivir de acuerdo con los preceptos religiosos, pero las celebraciones cristianas todavía marcan nuestro calendario y dejan algún que otro poso desprovisto del significado inicial. Se pierde el contenido, pero se mantienen las formas. Como en los inicios del cristianismo, que fagocitó fiestas paganas manteniendo los ritos pero adaptando el significado según su conveniencia. Bueno, ahora también mantenemos los ritos, pero no sabemos muy bien de qué va la cosa y tampoco nos importa mucho...
No conozco el significado exacto de esta fiesta en concreto. Creo que es algo relacionado con la Eucaristía, aunque lo del huevo por ahí pululando como símbolo del retorno es un culto antediluviano. Sea como sea,
la sola mención de Corpus me remite al fresco de las plazas de los pueblos, con densas enramadas verdes que rebajan la temperatura un par de grados y un montón de personas absortas y con la mente en blanco mirando un huevo saltironejant sobre un chorro de agua de caudal uniforme. No se qué tiene el show éste, pero ver el huevo danzando al son de la música del agua es un espectáculo absolutamente hipnótico.

Asimetría



Hace relativamente poco me di cuenta de que ya tengo arrugas. El descubrimiento no me supuso ningún trauma, pero confieso que las observo detenidamente en todo espejo que se me pone delante, con la misma extrañeza que si me hubieran salido escamas de dragón o trompetillas verdes en la frente. Bienvenidas, pues. Porque han llegado para quedarse...
Lo más divertido de esto es que las que nacen del ojo izquierdo son patas de gallo digamos normalitas. Pero las del ojo derecho son patas de pavo de Navidad, de esos enormes que hay que asar 5 horas en el horno para que sea comestible. No son muy profundas, pero tienen una longitud considerable, de unos 3 cm. ¿Esto es normal?
Educada en la concepción de que la belleza es simétrica, intuyo que la decadencia física no es ni una cosa ni la otra. Ni bella ni simétrica.

dissabte, 24 de maig del 2008

Confesiones

Tengo 31 años. Se cocinar postres complicados, montar muebles de IKEA en un tiempo récord, escribir en árabe, manejar un microscopio electrónico más grande que mi cocina y decidir si un material es apto para la construcción de una carretera, pero no se ir en bicicleta. Repito, no se ir en bicicleta.
De pequeña nunca se me ocurrió pedir a los Reyes Magos una bici. Y a los Reyes Magos tampoco se les ocurrió regalarme una bici por iniciativa propia.
Hay un carril bici que va desde la esquina de abajo de mi casa hasta prácticamente la puerta del curro. Cada día, sin excepción, mientras voy embutida en el autobús soportando tufos de naturaleza diversa, me pongo verde de envidia viendo las personas que circulan melena al viento por ese carril bici, sin sentir codazos en los riñones ni la asfixia derivada de compartir un espacio reducido con 100 personas.
Una vez lo intenté en la Torre de las Polillas. El Héroe del Rol quería hacer la buena obra del año enseñándome a montar en bici en su terraza. Insistía mucho, pero fue un fracaso; lo único que conseguí fue frustrarme y avergonzarme porque los peruanos del piso de enfrente me estaban mirando.
He buscado la solución apropiada a mi edad y me he matriculado en un curso para aprender a ir en bici cuando ya tienes arrugas. 16 mujeres, media de edad 50 años (alguna sesentona larga), fantástico para soltarse sin vergüenzas ni manías. Ayer hice mi primera clase. Aunque me empotré contra un árbol dos veces, choqué contra una maruja stricto sensu (ya sabeis, peinado de abuela y teñido de tono caoba, ligero sobrepeso, gafas años 80, etc.) y mordí el polvo en una ocasión, conseguí recorrer unos 50m sin apoyar el pie en el suelo.
He tenido unas semanas bastante jodidas, así que dar tumbos rodeada de 15 mujeres en chándal haciendo las mismas payasadas fue de lo más divertido y liberador. Dos horas con la mente en blanco son reparadoras. Pero esta mañana no podía salir de la cama. Estoy destruida!
Conclusiones:
-No hay que ser gilipollas y avergonzarse de no saber hacer algo. La vergüenza nos ofusca, nos bloquea, nos pesa.
-Nunca es tarde. Para nada.

dimecres, 21 de maig del 2008

Día de MIERDAS

Ayer tuve un día monográfico de mierdas variadas. Para empezar fue un día de mierda desde el punto de vista laboral. Líos, colapso mental, esas cosas.
Por la mañana un poco de confusión con un compañero, le estaba explicando algo de mandar un fax (en inglés) sobre un tema que nos implica a los dos.
-Bueno, adjuntamos (...) y lo de tu caso lo especificaré en la cover sheet.
-Shit? qué es eso de cover shit? shit con "i" ?!?!?!?
(chico, hay que explicártelo todo)
Por la tarde La Estreñi estuvo merodeando cerca de mi. La Estreñi es una chica del trabajo a la que bautizamos así hace un par de años. Alguien la oyó un día en el WC apretando como un demonio, los aaaaarrrgggg huuuuuuuh gñgññgñgñg se escapaban por las aberturas de la puerta (no es de las enteras) delatando su terrible estreñimiento. Podría haber esperado unos minutos a que la persona de la taza de al lado se largara, pero le importó un bledo y siguió empujando como si nada.
El mote tiene mucha mala leche, pero no le hemos buscado otro porque la chica es bastante borde. Te cruzas con ella por el pasillo, te mira fijamente con cara de aburrida pero en lugar de esbozar una sonrisa o decir un hola de cortesía, aparta la mirada hacia otro lado. Apenas he hablado con ella y nunca me dice hola ni adiós, sólo se dirige a mi cuando se asoma a mi puerta para preguntarme ¿sabes dónde está fulano? (evidentemente sin un hola...perdona...). Cree que porque comparto despacho con fulano controlo todos sus movimientos, pero fulano y yo nos ignoramos bastante y nos odiamos en silencio. Bueno, esporádicamente a gritos.
Anteayer me contaron que La Estreñi a veces no hace honor a su nombre. Alguien oyó sus avalanchas submarinas. Habrá que cambiarle el nombre.
De vuelta a casa pisé un hermoso cagarro que algún cabrón olvidó recoger, algún pijo asqueroso de los que sacan a pasear el chucho por la Diagonal. Así culminó mi día de mierdas, limpiando la plasta de la suela de la zapatilla mientras aguantaba la respiración. ¿Qué le echan de comer a Bobby para que luego apeste de esa forma?
En la foto, el lavabo más cursi por el que he pasado. Oiga, porcelana de Delft.

dilluns, 19 de maig del 2008

El Arca de Noé hace aguas



El otro día llovía horizontal a causa del viento. Esto es anecdótico y hasta divertido cuando uno tiene un hermoso balcón con marco reluciente de aluminio. Pero mi balcón es de una madera tan carcomida que la red de túneles parece el metro de Londres. El agua empezó a entrar por el canal principal, que conecta descaradamente el interior con el exterior y del que cuando llega el verano asoman periódicamente montoncitos de caca de carcoma (hay que joderse). Por el resto de balcón se filtraba de manera mucho más sutil. más lentamente. Ley de Darcy. Qué mal me caía mi profesor de hidrogeología.
Mientras apretujaba la barrera de trapos de color indefinido me preguntaba si debería alegrarme.

diumenge, 18 de maig del 2008

En boca de otros


A mi me va bien escuchar a otras personas comentando las cosas que me pasan. No me refiero a aleccionamientos o consejos maternales en plan sermón, sino puntualizaciones, ideas. Pero eso sí, me da un poco de vértigo. Oir lo que me pasa por boca de otras personas, por lo general sin rodeos, me da vértigo. Como si me cogieran de la oreja y me obligaran a asomarme a un pozo oscuro lleno de estiércol. De repente las cosas que parecían triviales adquieren importancia, y al contrario. Qué necesario es poder explicar las cosas y, especialmente, tener los interlocutores (interlocutoras Ugarit en este caso, pero hay un montón por ahí, dispersas all over the world) adecuados para reinterpretar lo que se explica y sonsacar lo que se esconde.
Foto: la danesa jugueteando con el arayes de queso en pleno ataque de vértigo

dissabte, 17 de maig del 2008

A Su Mersed (transcripción fonética)

¿Digeriremos nuestra próxima bandeja paisa a bordo de una bici? Tengo fe. Pero no te rías de mi.

Qué descubrimiento el de la panela. A los 31 años se está abriendo todo un mundo ante mi. Reniego del azúcar blanco, que sólo sabe a eso, a azúcar. Un sabor plano, que acaso no es ni sabor; sólo es una sustancia que activa en las papilas gustativas la sensación de dulzor, pero ahí acaba todo. La miel de castaño, la panela o el jarabe de arce, con sus delicados y múltiples matices, además de endulzar saben a algo más.

Flopflopflop

gracias

dimarts, 13 de maig del 2008

Estrategias para no perder clientela


Mi corrector de inglés científico lo tiene claro: en este país no sabemos redactar en inglés por culpa de la latin verborrea, esto es, la obsesión por las uniones imposibles de frases coordinadas y subordinadas y subordinadas y coordinadas y sujetos y objetos para formar frases de cuatro líneas. Intento evitarlo, pero es que a veces se me olvida y le casco cada frase monstruosa que cuando llega al final está al borde de la asfixia. Esto le cabrea un poco (y con razón).
-Maria...pffff...once again??? this is paja latina!!!!
Un día me dijo que esto no era casual, sino directamente correlacionado con la religión. Me acordé de mi profesor de arte vociferando un viernes por la mañana a propósito de la diferencia entre la escuela barroca flamenca (o sea las ballenas Rubens) y la holandesa (las puritanas medio adormiladas de Vermeer, tapadas hasta las cejas): "en el mundo protestante la ostentación de riquezas está prohibidaaaaa".
La teoría de George es que el afán de ostentación y la opulencia del catolicismo se extiende incluso al lenguaje, de ahí la costumbre de construir frases sobrecargadas hasta el ridículo. O sea, que nuestras escritura es una estrategia más de exhibición de riqueza, como también lo es la tremenda celulitis de los culos de Las tres gracias.
Además de caracterizarse por la austeridad, parece que tienen unas costumbres menos ceremoniosas y acartonadas, y más amables con los feligreses. Una de las situaciones más surrealistas que he vivido fue tomar un te humeante y un waffle en una cafetería montada en el interior de la catedral de Haarlem. De pequeña fui a una escuela de monjas; sospecho que por este motivo me sentía incómoda (¿hereje?) y divertida a la vez, mordisqueando una galleta y sorbiendo un te con todo el descaro bajo el crucero. A veces para tener sensaciones nuevas no es necesario cambiar de continente, ni siquiera ir más allá de 2 horas en avión.

dimarts, 6 de maig del 2008

Con un par de huevos


El otro día me preparé una comida exquisita a base de guarrerías de esas que si una quiere mantener uno cierta reputación no puede reconocer abiertamente que le gustan. A la derecha, pan de aceitunas negras. En segundo plano, un montón de riñones bien frititos en aceite de oliva virgen, y en primer plano...unas rosadas, delicadas y tiernas criadillas.


Después de confesárselo a Jerjes y que éste se escandalizara diciéndome ¿túuuuu comes esoooo??? me contó entre risas que a los niños (sólo niños) persas se les da de comer criadillas para desarrollarse bien. Aunque se refería claramente al desarrollo sexual, no quiso precisar si lo de desarrollarse bien significa que se les pone como un toro, que se pasan horas y horas practicando el onanismo o que a los 70 años todavía no necesitan Viagra.


(Ojo, recuerdo claramente que dijo se les da eso cuando son pequeños en lugar nos daban eso o me dieron eso, con lo cual esto no parece incluirle, ehhhh)

Agua



Intento reducir la duración de mis duchas matinales.

dilluns, 5 de maig del 2008

La vida de otros (sudorosos)

Vuelvo a casa caminando por la Diagonal y me cruzo con muchas personas corriendo enfundadas en er shandal, resoplando sofocadas. Estas últimas semanas ha aumentado la densidad de deportistas, síntoma inequívoco de que el verano se nos echa encima y cunde el pánico al bajar el bikini del altillo y ver que hay poca tela para tapar.
Cuando me cruzo con esta gente nunca oigo el tintineo de unas llaves. He llegado a la conclusión de que ninguna de estas personas vive sola. Todos tienen a alguien que les espera en casa y les abrirán la puerta al pulsar el timbre.
No puedo evitar fantasear sobre cómo sería mi vida si alguien me esperara en casa después de correr. Es un caso hipotético y muy, muy remoto porque hay tantas probabilidades de que yo vaya a hacer footing como de que de repente la fuerza de la gravedad desaparezca y todos empecemos a levitar. Bueno, a lo que iba, e
ntraría a casa sudorosa y sin aliento y me iría directa a la ducha, ¿mientras la persona con la que vivo me prepara la cena? salir en albornoz, ponerme el pijama mientras me espera sobre la mesa un plato humeante de huevos estrellados...o unos libritos de lomo crujientes...(aunque imagino que quien sale a patear asfalto luego cena una crema de verduras o cosas de esas sanas que a mi me dejan con pena el estómago). Pensaba en esto cuando ya he llegado a casa. La casa estaba oscura y me esperaban en la mesa los platos de la cena de anoche, vacíos.
Me cuesta imaginar que un día haya alguien esperándome en casa.

divendres, 2 de maig del 2008

Qui dóna carbassa

"Antigament, quan un fadrí pretenia una noia, era convidat a dinar a casa d'ella. Parlaven i quedaven per tornar-se a veure al cap d'uns quants dies, els suficients perquè tots plegats haguessin pensat i pesat la proposta. Si la noia es feia enrera, tenia una manera de fer-ho saber al pretendent: al següent dinar, posava carbassa o bé garró de porc al plat d'escudella del xicot. Sense necessitat de paraules, el pobre fadrí ho entenia tot ben aviat"
(de l'Almanac del Cordill)

Untitled


Tan retorcido llegas a ser
que puedes subir tranquilamente
una escalera de caracol
sin tener que dar ninguna vuelta

dijous, 1 de maig del 2008

Aprendamos de Ester: regalar una maceta es una gilipollez

A cambio de invitarla a cenar a mi cueva, Ester me regaló dos botellas de vino del Montsant y 2L de aceite de Siurana, en los que se refleja mi cara avergonzada con tan injusto negocio. Porque está claro que salí ganando yo.
Mil gràcies per un regal tan meravellós.
(con este regalo, unas rebanadas de pan y un tío paseándose en calzoncillos por mi casa ya puede haber una catástrofe nuclear o arder Troya; yo toco el cielo con la punta de los dedos)