
Tenemos al HéroeDelRol de peregrino en el camino de Santiago, purgando sus pecados. He descargado este mapa de aquí con el itinerario ya marcado. Lo miro cuando -a cuentagotas- le da por enviarme un sms y me dice por dónde va. Desde mi cómoda silla y con el aire acondicionado a toda leche, me divierte mirar el mapa y imaginármelo resoplando, sudoroso y cansado, con la bici rodando sobre la traza del camino marcado de azul. Me pregunto si haciendo un zoom al 1000% lo podré ver desde arriba, a él y a su extraño sombrero, cabreado porque no cumple con las previsiones de kilometraje para cada etapa, o porque el desodorante que le regalé con la promesa de que nene ya verás éste sí que aguanta 24h, lo ha abandonado.
Y mientras pedalea furioso en pos de la indulgencia plenaria, quemando las reservas de energía que tuviera acumuladas, yo estoy encerrada en el 240 y sentada frente al ordenador desde hace casi una vuelta de reloj, echando culo en mi silla acolchada de oficina.
La materia (grasa) ni se crea ni se destruye, se traslada a través del camino azul de ese mapa.
Y mientras pedalea furioso en pos de la indulgencia plenaria, quemando las reservas de energía que tuviera acumuladas, yo estoy encerrada en el 240 y sentada frente al ordenador desde hace casi una vuelta de reloj, echando culo en mi silla acolchada de oficina.
La materia (grasa) ni se crea ni se destruye, se traslada a través del camino azul de ese mapa.