dilluns, 5 de maig del 2008

La vida de otros (sudorosos)

Vuelvo a casa caminando por la Diagonal y me cruzo con muchas personas corriendo enfundadas en er shandal, resoplando sofocadas. Estas últimas semanas ha aumentado la densidad de deportistas, síntoma inequívoco de que el verano se nos echa encima y cunde el pánico al bajar el bikini del altillo y ver que hay poca tela para tapar.
Cuando me cruzo con esta gente nunca oigo el tintineo de unas llaves. He llegado a la conclusión de que ninguna de estas personas vive sola. Todos tienen a alguien que les espera en casa y les abrirán la puerta al pulsar el timbre.
No puedo evitar fantasear sobre cómo sería mi vida si alguien me esperara en casa después de correr. Es un caso hipotético y muy, muy remoto porque hay tantas probabilidades de que yo vaya a hacer footing como de que de repente la fuerza de la gravedad desaparezca y todos empecemos a levitar. Bueno, a lo que iba, e
ntraría a casa sudorosa y sin aliento y me iría directa a la ducha, ¿mientras la persona con la que vivo me prepara la cena? salir en albornoz, ponerme el pijama mientras me espera sobre la mesa un plato humeante de huevos estrellados...o unos libritos de lomo crujientes...(aunque imagino que quien sale a patear asfalto luego cena una crema de verduras o cosas de esas sanas que a mi me dejan con pena el estómago). Pensaba en esto cuando ya he llegado a casa. La casa estaba oscura y me esperaban en la mesa los platos de la cena de anoche, vacíos.
Me cuesta imaginar que un día haya alguien esperándome en casa.

19 comentaris:

Minerva ha dit...

No es lo más importante pero... los corredores suelen llevan una única llave, o a lo sumo dos, escondidas en lugares que imposibilitan el tintineo.

en27m2 ha dit...

en las bragas?¿? jijjiji

Egon ha dit...

No... los pantalones de correr tienen unos minibolsillos interiores donde la llave queda guardada allí sin que moleste...

en27m2 ha dit...

Tu a callar, que tu sí que tens qui t'obri la porta de casa!!

Violeta Tomás ha dit...

Casi me rueda una lágrima, será que estoy sensible. Esta mañana, cuando ha sonado el despertador, me he quedado muy quieta en la cama, esperando que alguien extendiera la mano y acariciara la espalda desnuda. Qué tontería. Vivo sola, mi cama es de 90 y nadie me acaricia la espalda.

Hoy también he llegado tarde al Ministerio...

en27m2 ha dit...

entonces...no soy la única que de vez en cuando se descubre anhelando el tipo de vida en pareja que cree no querer llevar...

O al menos sólo su parte buena, porque seamos realistas: una caricia matinal en la espalda después de que te hayan torturado toda la noche con ronquidos o quitándote sábana no tiene el sabor dulce que tu y yo esperamos. Más bien agrio...

Minerva ha dit...

Je,je lo que yo decía hace unos días nos abruma la inmensidad de nuestro pequeño imperio personal.

Minerva ha dit...

¡Ah!, y los de los bolsillos-llavero son los corredores pijos; también se pueden llevar metidas en el calcetín o atadas con un cordoncillo a la muñeca, o colgando en el cuello...

en27m2 ha dit...

Pero atadas a un cordón se oirían! Por lo menos hay que llevar dos (portería+piso) para poder certificar que uno vive como un solterón

Y sí, cuánta razón tienes. A veces tengo la firme convicción de que me sobra un metro de cama y me falta alguien a quien prepararle la cena, porque para mi sola no cocino.

He conquistado un imperio vacío.

Violeta Tomás ha dit...

En los últimos tres meses mi gran frase ha sido ésa justamente: yo quiero un novio para cocinar para él. De hecho cocino para mi ex, y le llevo tuppers de violerroz o violebóndigas, a cambio de que me haga chapuzas en casa. También le lloro a la salida del Ministerio cuando estoy harta. Y nadie me acaricia la espalda por las mañanas. Ahora que lo pienso, esto es un timo!!!

Cuando yo salía a correr por el parque grande de Zgz llevaba la llave del buzón en el calcetín (pupas garantizadas), en el portal esperaba que alguien me abriera. Tampoco funcionaba.

en27m2 ha dit...

Si le cocinas y le lloras, ¿por qué es "ex"?

Violeta Tomás ha dit...

Porque (ya) no me acaricia la espalda por las mañanas, supongo...

en27m2 ha dit...

A mi esa respuesta me parece convincente, pero...que levante la mano quien haya estado más de 6 meses con alguien y todavía recibiera caricias matinales en lugar de gruñidos...

en27m2 ha dit...

A quien le cocino a menudo es a mi novio el congelador. Es agradecido; nunca se queja si le embuto a presión tuppers con guarrerías infectas que me invento y me sabe mal tirar. Los de carne y hueso tendrían que ser así

Minerva ha dit...

Los "ex" para serlo realmente tienen que ser exiliados por tiempo indefinido más allá de las fronteras del imperio. Las restantes distancias son estatus intermedios entre la condición de "novio" y la de "ex".

en27m2 ha dit...

Pues a pesar de todo lo que he confesado, creo que lo más práctico son las invasiones puntuales de mi imperio. Por lo de las tapas de taza del WC

Rauxa ha dit...

No solo los pantalones pijos llevan bolsillitos, los de mercadillo llevan todo tipo de gadgets hoy en día...hasta los pijamas los llevan.
Me gustará oíros después de 10 años con bicho en casa, cuánto os habéis acostumbrado a sus manías y a sus rarezas y a las cosas que han dejado de hacer, pero que ya no importan porque se valoran otras tantas muchas cosas...aunque sean más insignificantes.

Minerva ha dit...

¡jo!, ¡qué animación!

Violeta Tomás ha dit...

Estoy con Rauxa. Debe de ser que yo soy mogollón de antigua, pero seguro que al cabo de diez años estaría más feliz que una lombriz.

Y más de seis meses después, María, seguía acariciándome la espalda por las mañanas.

Y no roncaba, claro.