
*Foto: una producción monstruosa tomando lectura de otra producción monstruosa y demoníaca: el contador de la luz.
la bestia enjaulada empieza a estar enfurecida
*Foto: una producción monstruosa tomando lectura de otra producción monstruosa y demoníaca: el contador de la luz.
Y sin embargo a mi las paredes vacías me dan sensación de provisionalidad, de impersonalidad. Ángulos rectos, aristas cortantes. Cuando vine a vivir al Arca de Noé tarde muy poco en llenar las paredes de fotos (no de delfines, eso es pasarse); era mi manera de apropiarme de ese espacio.
Y aún así, si cualquier tío de dos milenios atrás levantara la cabeza, le parecería tan incomprensible, desnuda y inacabada mi pared blanca con fotos como si estuviera viviendo entre paredes de ladrillo sin enyesar.
Hoy me duele más el espíritu que la rodilla. El pobre ha tenido una caida análoga a la mía de hace unos días: avanzaba feliz a gran velocidad y alguien lo ha hecho tropezar a traición. Ha recuperado la calma tras el susto del golpe, pero queda el disgusto de la caida, la desconfianza porque esto puede volver a ocurrir y el dolor de una herida pequeña pero de las que no se cierran en pocos días.