diumenge, 20 de juliol del 2008

Por culpa del ñacañaca

Viendo que la gente se libraba a todo tipo de excesos, vicios y fornicios, Dios se arrepintió de haber creado al hombre y decidió exterminarlo de la faz de la tierra enviándole un diluvio casi como el de esta primavera: 40 días y 40 noches. Sólo se libraron Noé y família y una pareja de cada especie de todo el bestiario. Podría haber pasado por alto los jodidos insectos.
Se ve que el Arca de Noé tenía 3 pisos y una longitud de 300 codos, que traducido en unidades del sistema internacional no se cuánto es, pero desde luego mucho más que mi casa. Aún así, las bestias más inmundas campan a sus anchas por mi cuchitril como si fuera su hogar. La última adquisición son las oscuras polillas iraníes que me trajo Jerjes como castigo persa y el hermoso polillón de la foto, que encontró cobijo en mi lámpara IKEA 9.95€.

5 comentaris:

Minerva ha dit...

Esto es lo peor de la dichosa tradición judeocristiana, todo acaba siendo por castigo divino...

Anònim ha dit...

:D

Está bien reirse un poquito de mañana temprano.

Anònim ha dit...

especialmente si es lunes
me alegro

Anònim ha dit...

minerva, sabiendo lo que sabes...¿no crees que Jerjes ha sido magnánimo en su castigo persa? me merecía una plaga de langostas

Minerva ha dit...

Sabiendo lo que sé... bueno, él tampoco es que tuviera una actuación ejemplar, ¿no?