dilluns, 22 d’octubre del 2007

Serie Mi primera vez - IV

Este es el último capítulo de mi culebrón donostiarra con final feliz. Para ahuyentar los malos espíritus que volaban sobre mi cabeza recurrí a la magia gastronómica del equipo de Martín Berasategui y olvidé mi mala fortuna con un menú degustación en el restaurante del Guggenheim de Bilbao. La primera vez que comía sola en un sitio de puta madre. La comida era tan buena y el mantel tan blanco que no me atreví a sacar el periódico para ir leyendo, así que me concentré totalmente en los platos que me iban trayendo. No había otra cosa que hacer.

La magia funcionó. Pero estas cosas es mejor compartirlas con alguien.

CONCLUSIONES DE MI ESCAPADA FRUSTRADA
-El dinero no da la felicidad pero vaya si ayuda, joder
-Se confirma mi tendencia enfermiza a compensar lo malo con la comida
-No se necesita a nadie para ir al cine, ni para pasear
-Comer solo es un poco coñazo, especialmente un eterno menú degustación de 7 platos
-No creo que vuelva a coger aviones para ir detrás de un artista, esperaré a que él venga a mi

Y la más importante:
Uno propone, pero son los dioses, el destino o la suerte los que disponen.

¿No os incomoda descubrir que no controlamos nuestro destino al 100%?

4 comentaris:

Rauxa ha dit...

Facilment et diria que millor no controlar el destí 100% perquè sinó no hi hauria marge a la sorpresa...tot i que s'hauria de referir només a certs camps...d'altres i tant que ens agradaria que fos tal i com volem i no pas d'altra manera.
Conola't pensant que potser és millor així i que d'una altra manera no hauries pogut gaudir de l'experiència gastronòmica o d'enriquir-te en aquestes reflexions...

Minerva ha dit...

No habría concierto, pero has vuelto de un reflexivo...

Unknown ha dit...

Detrás de un artista?? Qué está pasando aquí????

en27m2 ha dit...

Sí, el bon dinar s'ho val però...A QUE ÉS CUTRE EL QUE EM VA PASSAR?? a que és d'aquestes coses que expliques "osti saps que jo tinc una amiga tan gafe que blablabla..."