dimarts, 18 de desembre del 2007

Tufo de baquelita

Una noche movida en el Arca de Noé. Me he despertado con sobresalto sobre las tres y media; olía a quemado. Más concretamente, al tufo infernal del mango de baquelita de una cacerola chamuscándose. Olor a goma quemada. Salgo de la cama y empiezo a olisquear todos los enchufes buscando un gradiente de olor para poder identificar el foco, pero toda la casa huele igual de fuerte, no hay fuego, no hay humo, no hay chispas. Un poco asustada, salgo al rellano con el pelo revuelto, zapatillas, calcetines de lana, pijama de franela de cuadros rojos. Muy muy sexy eh, como para que me venga a rescatar uno de los bomberos de mi calendario. Pero eso no se me ocurre en ese momento, sólo quiero saber qué piso se está incendiando y cuánto tardará en llegar al ático.
Me echo la manta del sofá por encima y empiezo a bajar por las escaleras buscando una puerta por debajo de la que salga humo. Poco a poco, llego hasta el portal. Nada de humo en la escalera, la intensidad del olor no varía, no entiendo nada. De vuelta a mi casa cierro la puerta sin llave para facilitarles el trabajo a los bomberos y que no tengan que venir a reventar la puerta con el hacha. Me meto en la cama; el persistente olor a quemado me preocupa y el cerebro se despierta del sopor y empieza a hacer cálculos rápidos. Si me vienen a buscar los bomberos tendré, siendo optimista, un minuto para salir de casa. ¿Qué me llevo? ¿qué tengo tiempo de coger en ese lapso de tiempo? ¿qué és para mi lo más valioso? ¿lo más caro? ¿o lo más antiguo? ¿mis pantalones preferidos? ¿el ordenador con todas las fotos? ¿regalos con valor sentimental? ¿papeles que guardo porque desconfío de mi mala memoria? ¿joyas? ¿mi colección de CDs?
Al final no consigo decidirme y opto por coger, llegado el caso, el polar para no pasar frío en la calle mientras miro como el Arca de Noé es pasto de las llamas, y el monedero con las tarjetas por si acaso. Me doy cuenta de que podría prescindir de todo lo demás. Satisfecha con esta conclusión y con tener un hígado como una catedral por no ponerme histérica y llamar al 080, me duermo.
Esta mañana me he enterado que el Opencor de la calle de arriba había ardido por completo.
Foto: "llamas" en el subsuelo del circo (esto sí que es circo, fijo) de Tarragona

4 comentaris:

Rauxa ha dit...

Nena ! Joé!! Estàs vivint la pitjor cara de viure sola...accidents domèstics, amenaces d'incendis...Tens la mezuzà a la porta perquè te la protegeixi, la casa, així que no has de patir, je, je...
A veure si et millores, que no és tems d'estar malalt

Minerva ha dit...

¿Qué se ha quemado el Opencor de paseo San Juan?
Oye, vaya estampa, por las escaleras con pijama y manta al hombro. Pero ole y ole, yo no me hubiera podido dormir otra vez.

2+2=5 ha dit...

Joder, qué suspense... me he llevado un susto!!

Anònim ha dit...

¡Una foto IDÉNTICA a la que me acaba de enviar mi amigo Arturo desde Tarragona! ¿Por qué será que todos los turistas sacamos las mismas fotos desde los mismos ángulos?