Hace un tiempo mi madre -en un intento más de hacerme volver al camino de la feminidad evidente- me regaló un vestido. Es largo, negro, manga larga, cuello redondo, muy sobrio, con botones y con un cierto vuelo a partir de la cintura. Ras i curt, que decimos en Polonia: una sotana de cura (pero en updated version, seamos justos).
Está claro que el hábito no hace al cura. Ni cuando me lo pongo consigo alegrarme del retorno de Rouco Varela al frente de la Conferencia Episcopal. Otro ultra con voz, lanzando improperios a las cámaras. Pobrecitos. La jerarquía eclesiástica ha tenido tanto poder y durante tantos siglos que ahora se resisten a asumir que su papel se limita a poco más que dar misa a un puñado de ancianos los sábados por la tarde.
En una maniobra desesperada por recuperar el dominio, Ratzinger vuelve a la carga dando un golpe de báculo en el suelo y asegurando que el infierno sí existe y es eterno, desmintiendo así la idea impulsada por Juan Pablo II de que el infierno no es un sitio, sinó la situación de quien se aparta de Dios. Esta última reinterpretación del infierno era una versión adaptada a los tiempos que corren, más creible por decirlo de alguna manera pero muy poco eficaz desde el punto de vista práctico, por lo que Benedicto XVI ha preferido volver a la antigua usanza medieval de acojonar al personal asegurando que la salvación no está en absoluto garantizada, que la posibilidad de acabar ardiendo en el infierno (o como me decían de pequeña, a les calderes del Pere Botero) es real y que muchos tendremos que purificarnos para afrontar el Juicio Final. Id preparando los trajes ignífugos.
En una maniobra desesperada por recuperar el dominio, Ratzinger vuelve a la carga dando un golpe de báculo en el suelo y asegurando que el infierno sí existe y es eterno, desmintiendo así la idea impulsada por Juan Pablo II de que el infierno no es un sitio, sinó la situación de quien se aparta de Dios. Esta última reinterpretación del infierno era una versión adaptada a los tiempos que corren, más creible por decirlo de alguna manera pero muy poco eficaz desde el punto de vista práctico, por lo que Benedicto XVI ha preferido volver a la antigua usanza medieval de acojonar al personal asegurando que la salvación no está en absoluto garantizada, que la posibilidad de acabar ardiendo en el infierno (o como me decían de pequeña, a les calderes del Pere Botero) es real y que muchos tendremos que purificarnos para afrontar el Juicio Final. Id preparando los trajes ignífugos.
4 comentaris:
A si? I a on està aquest infern... potser ha decidit canviar de parer perque en Grishom mitjançant les seves investigacions en tomografia sísmica ha descobert que l'infern es troba en el mantell superior, o potser gracies a les grans descobertes dutes a terme pels models numerics corticals elaborats pels zombies s'ha descobert que es troba sota una subducció...
Ratzinger no sap res de la Moho, no veus que és de lletres?
què tal la reunió?
Sí ya además, cuida que igual Ratzinger retoma esa otra costumbre de quemar en la hoguera a los científicos que pretenden, con sus números y sus modelos, contradecirles.
Estos curas han perdido sus papeles completamente, ahora se contradicen unos a otros. Van ben lluits, aixi perdran la poca clientela que els queda.
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